Estábamos el último miércoles aprendiendo que "castillo" se escribe con elle. Yo utilizo un método muy tradicional, el que usaron conmigo: repetir una palabra hasta que se te quede cómo se escribe. Supongo que algún que otro estudiante de magisterio se me echaría al cuello, pero bueno, a falta de métodos nuevos... Se ve que a él tampoco le gustaba.
- En mi cole no lo hacemos así, no repetimos tantas veces las palabras, qué rollo.
- Bueno, pues yo sí lo hago así porque soy más guay.
- No, tú ya no eres guay. Eras guay cuando venías a jugar.
Moraleja de este post: nunca te pongas a darle clases a un niño que lo que realmente está deseando es ponerse a jugar contigo. Mucho menos si lo que realmente tú estás deseando es ponerte a jugar con él.