sábado, 14 de marzo de 2009

Ya no soy guay

Él ya lo sabe. Él ya tiene asumido que los miércoles no soy la misma que los sábados. Los miércoles "estudiamos": leemos libros, no le dejo entretenerse en los dibujos, hacemos dictados, le hago repetir palabras difíciles... un peñazo, supongo. Nada que ver con la payasa que va a su casa los fines de semana, la que le hace cosquillas, la que juega a la bruja, la que se disfraza de lo que haga falta, la que se sabe los pokemon y se sabe el nombre de todos los personajes principales de Star Wars. Creo que incluso sospecha que son personas diferentes, la del miércoles y la de los fines de semana.

Estábamos el último miércoles aprendiendo que "castillo" se escribe con elle. Yo utilizo un método muy tradicional, el que usaron conmigo: repetir una palabra hasta que se te quede cómo se escribe. Supongo que algún que otro estudiante de magisterio se me echaría al cuello, pero bueno, a falta de métodos nuevos... Se ve que a él tampoco le gustaba.

- En mi cole no lo hacemos así, no repetimos tantas veces las palabras, qué rollo.

- Bueno, pues yo sí lo hago así porque soy más guay.

- No, tú ya no eres guay. Eras guay cuando venías a jugar.

Moraleja de este post: nunca te pongas a darle clases a un niño que lo que realmente está deseando es ponerse a jugar contigo. Mucho menos si lo que realmente tú estás deseando es ponerte a jugar con él.