lunes, 18 de enero de 2010

Poco que decir

Ya queda poco que decir.
Todas las ONGs e instituciones internacionales se han volcado con los damnificados de Haití. Hay medios más que suficientes para ayudar... Por eso creo innecesario hacer un post que enumere las mil y una cuentas que tienen las ONGs en los principales bancos. Tampoco quiero apelar al morbo y enlazar con vídeos lacrimógenos, que ya los hay en YouTube.

No lo creo necesario porque quiero confiar en que a nivel económico y humano todo el mundo ya está haciendo lo posible por ayudar, aunque sea un poquito. Que se note, como dice Juanan, que somos un mundo globalizado también para lo bueno.

Yo no puedo coger un avión e irme así por las buenas a echar una mano. Eso sí, me gustaría, aunque solo fuera para ayudar a repartir la comida... que he visto vídeos y vaya... Comprendo que hay que mantener el orden y tal, pero vamos, los cascos azules reparten los platos de comida de una manera completamente deshumanizada... No es comida lo que están dando, es VIDA, es la respuesta del mundo ante el llanto de un pueblo. No pueden hacer de algo tan intenso un proceso robótico y exento de cualquier emoción, afabilidad o mera comunicación.

A lo que voy: como no puedo irme para allá, a lo máximo que aspiro es a pedir una cosa a todo el que lea este blog: hay que rezar por ellos. Y por nosotros, para que adquiramos la solidaridad como regla, y no como excepción; y para que no se apodere de nosotros esta sensación de "qué buenos somos, Occidente salva a Haití" que me está empezando a preocupar. Todo lo que hagamos deberíamos hacerlo desde la humildad más pura y la empatía más sincera.

Feliz semana.

1 comentario:

juanillo dijo...

A riesgo de parecer insensible debo decir que ya estoy cansado de tanto Haití. De repente todo el mundo se solidariza con Haití y todo el mundo desea lo mejor para el país más pobre de América, pobrecitos, y como si no tuvieran suficiente encima les pasa esto. Es que se junta el hambre con las ganas de comer. Eso sí, parece ser que Haití todavía no había recibido las ayudas prometidas por su último desastre natural hace unos años. Las paradojas de la vida. Yo creo que la solidaridad de Occidente se basa más en un intento de calmar nuestra vergüenza de sentirnos privilegiados que en realmente ayudar a esos pobrecitos. ¿Qué diferencia hay entre Haití y los que se mueren de hambre en otras partes del mundo? La tele, la puta tele...