martes, 11 de diciembre de 2007

¿El euroquéééé?

Es imposible (sobre todo si uno se mueve por los círculos universitarios) no haber oído hablar del llamado "Plan de Bolonia". A mí personalmente me asedian a correos-protesta acerca de este asunto, y la Pablo de Olavide tiene las paredes forradas con cartelitos de "NO A BOLONIA", "SE VENDE UNIVERSIDAD", y un largo etcétera.

Mañana sin ir más lejos tendrá lugar en el Rectorado una manifestación en contra de la implantación del famoso ECTS o Sistema Europeo de Transferencia de Créditos (el eurocrédito, vaya).

Y yo, ¿qué opino? De primeras, me llegan datos que me chocan: desaparición del sistema tradicional de licenciaturas y diplomaturas, implantación de grados y posgrados (este último es el equivalente del actual máster, pero como el triple de caro), enseñanza muy generalizada (muy pocos créditos dedicados a tu especialidad en concreto), promoción de los posgrados por parte de grandes empresas (con la consiguiente privatización de la enseñanza), estudios muy (demasiado) enfocados al mercado laboral...

Y digo: a ver, a ver..... ¡esto suena feo!

Pero por otra parte, algunos profesores nos hablan de la necesidad de que el estudiante español "se espabile", de lo importante que es que nos pongamos en toda Europa al mismo nivel...

Y digo: bueno, bueno... ¡tampoco era pa' tanto!

Conclusión: No hay información neutra ni objetiva. Todos los datos que nos llegan a los estudiantes están manipulados, cuando no incompletos. ¿No debería ser el Gobierno de España o la propia Comunidad Europea la que nos explicara claramente de qué va todo esto? Tengo la sensación de que no estoy en condiciones de opinar por no haber tenido acceso a una información más completa.
Así que, antes de declararme a favor o en contra, debo denunciar el problema principal: LA DESINFORMACIÓN. ¡Así no hay quien opine!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Las palabras movilización y concentración suelen ir unidas a desinformación.

Beso.

Juanan dijo...

¡Totalmente de acuerdo! Me encantaría saber de que va la cosa en profundidad, aunque si lo que dicen de momento es cierto, creo que tengo motivos para manifestarme en contra. Si no, quizás me conviertan en ingeniero arquitectónico o algo así.

Anónimo dijo...

aquí cada uno tiene que buscarse las habichuelas... las instituciones solo son nuestros "papis" cuando les conviene