lunes, 6 de octubre de 2008

Mi segundo hogar*

¿Alguien reconoce esto?





¿No?





¿Ningún upense de los que visitan mi blog?


Ayyy, ya os acordáis, ¿no? Sí señor. Es la llamada Cafetería de los Gatos. Algunos insisten en llamarla cafetería "trasera" o "Plaza de Andalucía", nombres del todo ilegítimos... Esta es la única e irremplazable Cafetería de los Gatos, el lugar más inhóspito y a la vez agradable del término municipal de Dos Hermanas.

Para quien no esté en situación, aclaro que es una zona de la UPO que antaño fue efectivamente la terraza de la cafetería de la universidad. Había sillas, mesas, y hasta una extraña construcción con forma de chiringuito (eso rectangular que se ve en la foto). Pero por causas desconocidas desaparecieron las sillas y mesas, confinándonos a comer sentados en los bordillos o en el suelo. Sí señor, en el suelo. A raíz de esas situaciones se arraigaron expresiones como "Qué homeless" o "¡¡Super homeles!!".

El caso es que paso más horas en esta "cafetería" que en mi casa a lo largo de la semana, así que qué menos que dedicarle un post, ¿no?

Y a continuación, paso a enumerar las
COSAS QUE HE HECHO EN LA CAFETERÍA DE LOS GATOS

  • Almorzar, desayunar y merendar unas 428 veces (más que nada almorzar, realmente).
  • Jugar a las cartas hasta desesperar porque Ana y yo nunca ganamos al cuadrado.
  • Hacer anisadas, con polvorones y villancicos incluidos.
  • Presenciar duelos a muerte de malabares.
  • Intentar hacer malabares (sin éxito).
  • Discutir con Juan y Buti sobre cómo cambiar el mundo.
  • Darle comida a los gatos.
  • Ponerle nombre al perrazo (Molly) y a algunos gatos.
  • Intentar encontrarle un sentido a Poeta en Nueva York con Juan.
  • Establecer teorías de los roles de poder de la sociedad de la Cafetería de los Gatos (Molly es el rey, los gatos los aristócratas, los galgos los chungos del barrio, los pájaros la clase política...)
  • Leer.
  • Comentar lo leído.
  • Dormir.
  • Hablar idiomas, ya sea entre nosotros ("¡Venga, si vas a aprender más hablando italiano conmigo que en clase, mujer!") o con guiris.
  • Sorpenderme de lo camaleónica que puede ser Laura.
  • Hacer deberes.
  • Jugar a Tesauro (conexión de ideas, vaya...)
  • Estudiar (muy poco).
  • Agobiarnos.
  • Criticar la UPO.
  • Avergonzarme de que Aitor llegue como un cani con la música de MaximaFM a toda potencia.
  • Darme cuenta de que Juan y yo pasamos más horas juntos que con nuestras respectivas madres.
  • Reírme de los chistes malos pero con infinito mérito creativo de Ana, nuestra reina de la cerveza particular.
  • Planear nuestro futuro nómada.
  • Interpretar a Nostradamus con Juan y Buti (qué conversaciones, Dios mío...)
  • Levantarnos unos a otros con dos dedos, preferiblemente a Ana o Laura que era más facil.
  • Tener discusiones religiosas "importantes" y luego quedar tan amigos todos.
  • Abrir mi mente, conocerme a mí misma un poco más a través de los demás, de esas personitas que hacen agradable hasta el más duro lunes, que me ayudan a reírme de mí misma, de las incoherencias del mundo, que me animan y me dan consejos para llenar un camión...
Estoy casi segura de que cuando termine la carrera, habré pasado en "Los Gatos" un número de horas equivalente a las de clase. No se me hacen largas... estoy con ellos.

*Este post va dedicado a mi ex-rubia favorita (ahora morenaza), que sé que me lees, besazo!

3 comentarios:

Mer dijo...

¡Belén! tienes que aprender a malabarear, sería genial, jejeje

Ená filí

(P.D.: Al parecer lo de jronya que jronya me lo dijeron de los primeros días... pero creí haberme enterado el sábado)

Anónimo dijo...

Belén, si ya tenemos hasta telepatía, qué más te puedo decir... bueno sí... que nos vemos mañana en los gatos!! gud nait

Anónimo dijo...

Yo lo se! yo lo se! es nuestra cafeteria! biiieeeeen!

Madre de la APA