sábado, 31 de octubre de 2009

Escucha disociada o cómo autoinducirse un ataque de histeria

En interpretación, la escucha disociada implica tener varios focos de atención, es decir, escuchar un discurso mientras lo reformulas y, a la vez, hacer otra cosa que requiera una parte de tu concentración, aunque sea de manera semi-automática.

En clase hacemos uno de estos ejercicios combinado con el odiadísimo "shadowing", es decir, repetir el discurso en el mismo idioma de entrada (en este caso inglés) con unos segundos de retraso, y, ahora entra la disociación, escribir una ristra de números.


Este intento de escribir del 150 al 1 sin equivocación alguna es mi
resultado del shadowing con escucha disociada.


Es mortal. En mi caso, si consigo reformular una frase entera, ha sido en modo "loro" total, sin enterarme de lo que estoy diciendo, solamente repitiendo los sonidos que he escuchado 3 segundos antes. Soy incapaz de contar del 150 al 1 sin equivocarme y, si me doy cuenta de que me he equivocado y intento acordarme qué numero viene después del 54, para cuando lo escribo ya he perdido una frase y pico. Arghh. Me escucho riéndome de pura desesperación o diciendo "blablabla" por tomármelo a broma.

Pero cuando termina el ejercicio, tienes unas ganas tremendas de gritar, de hacer arder los auriculares, el micro, la cabina entera. Lo único que te lo impide es un agudísimo e insistente "dolor de cerebelo", como acertadamente lo bautizó una amiga mía.

Y me raya, porque cuando simplemente intepretamos discursos de inglés a español, a no ser que vaya muy rápido, no suelo sufrir tanto y salgo medianamente airosa. Pero esto... La profesora dice que nos sirve para diversificar la atención y acostumbrar a nuestro cerebro a hacer varias cosas a la vez. Al mío todavía le queda un rato para aprender, creo.

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