Después de cinco meses y pico en Italia, después de haber trabajado aquí un mes el año pasado y después de haber estudiado bastante historia italiana y haber leído bastante prensa nacional... creo que tengo derecho y juicio suficiente para empezar a expresar mis opiniones acerca de este país sin caer en topicazos.
Vaya por delante que ME ENCANTA Italia, es un país que me fascina en muchísimos aspectos. Pero precisamente por lo mucho que me gusta, me da pena cuando veo las cosas que aquí no funcionan (y que sospecho que tardarán varias generaciones en funcionar).
En concreto, una de las cosas que no me gusta de Italia (aunque sospecho que en el sur es algo más acuciante), es la filosofía del "no passsssa nada". Tranquiiiiiiiilos. Si algo lo podemos hacer mañana, ¿por qué agobiarnos hoy? Si puedes obtener el mismo resultado haciéndolo peor, ¿por qué emplearte a fondo? And so on.
Y en realidad lo tengo que decir con la boca chica, porque nosotros los españoles sabemos mucho de nopassssanadismo. Y sin embargo (ver para creer), en Italia nos superan.
Lo más llamativo del "no passsa nada", lo que no puedo alcanzar a entender, es cómo los italianos, teniendo el país tan rico que tienen, se conforman con un gobierno corrupto, incapaz e irrisorio. Si los Españoles tuviéramos un gobierno tan ineficaz y tan escandoloso, quiero pensar que saldríamos a la calle a la primera de cambio para exigir un gobierno decente.
Pero ahí está Berlusconi, con su Ruby, con sus acuerdos con la mafia, con sus represiones a las manifestaciones estudiantiles... y los italianos tragan. He intentado entender por qué, y creo que es porque
a) están tristemente acostumbrados
b) tienen esa filosofía de "yo solo no puedo hacer nada", así que nadie hace nada.
Hace poco leí en un periódico italiano un artículo muy crítico con la prensa internacional, incluída la española. El periodista se quejaba de la imagen de Italia que da la prensa internacional, arguyendo que estaba plagada de estereotipos y que casi siempre se trataba de un periodismo sensacionalista y superficial. Al final, le acababa dando la vuelta a la tortilla y era la prensa internacional la culpable de la imagen de Italia.
Flipé mucho con ese artículo, porque además estaba escrito de una manera super mordaz.
Se lo comenté a un amigo de aquí y, en una suerte de juego de los espejos infinitos, él me dijo su opinión sobre mi opinión sobre la opinión de este periodista sobre la opinión que la prensa internacional tiene de Italia.
- A ver, ¿tu madre es perfecta? (sí, me dijo "tua mamma").
- Mmm... no, claro que no.
- Vale, pero ¿a que no te gusta que venga nadie de fuera de tu familia a decirte los fallos de tu madre?
Aluciné de lo italianissima que era la metáfora. Efectivamente, para ellos Italia es una mamma. Imperfecta, pero amada incondicionalmente.
Me encanta el patriotismo de los italianos, pero sinceramente, creo que del patriotismo a la ceguera hay un trecho muy grande...