martes, 24 de junio de 2008

Semana Supernanny :)

Se avecina una semanita en la que trabajaré por las mañanas haciendo lo que más me gusta: cuidar niños. Quien sepa lo que es trabajar de algo que le divierte, sabrá lo gratificante que es. En mi caso es un trabajillo más que un trabajo, pero por ahora me da el dinero suficiente para mis historias y me hace disfrutar muchísimo.

Algún día seré como María, la de Sonrisas y Lágrimas... Mientras tanto, me divierto haciendo mis propias teorías. Tengo ya bastante experiencia en esto de ir de casa en casa cuidando angelitos (o mocosos, según cómo me caigan), y me sigue fascinando muchísimo adentrarme en Las Cocinas de Las Madres. Las Cocinas hablan de la familia mucho más de lo que pueda creerse, de hecho yo puedo averiguar mucho más de esa gente por el frigorífico (¿compran alimentos light o de soja? ¿qué marcas consumen? ¿hay refrescos y dulces?) que por la decoración, que a veces es engañosa. Y que conste que yo no me pongo a fisgonear por las neveras del vecindario, sino que se empieza por "Ay, ¿le haces un Cola-Cao para la merienda?" y se acaba por: "Hazle algo de cenar, en la nevera tienes de todo, chao!".

Pero esto no es una queja, ¡os lo aseguro! Porque a mi me encanta cocinar, y cocinar para niños todavía más, y entrar en Una Cocina de Una Madre, que es como territorio comanche o algo así, todavía más. Es como territorio sagrado. Lo mejor de todo es que suelen ser encimeras resplandecientes, cuchillos afiladísimos, vitrocerámicas modernísimas... ¡Nadie diría que viven niños en esa casa! Casi me parece un sacrilegio trastear en busca del tenedor de pikachu/pajita de plástico/tostarica chocoguay, así que he desarrollado un sexto sentido que me indica dónde Las Madres guardan las cosas... Ese es uno de mis superpoderes de SuperNanny. Ya iré desvelando otros muchos. Seguro que a lo largo de esta semana tan intensa voy recordando cosas que había olvidado después de esta dura etapa de exámenes!

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