jueves, 4 de septiembre de 2008

See you in Churchill Square


Ya estoy de vuelta, y me gustaría escribir la típica entrada-balance. El problema es que no sé por dónde empezar... Hay demasiados puntos de vista desde los que analizar mi estancia en Brighton. Así que voy a seguir el método cartesiano y voy a desmenuzar el asunto:

- Académicamente, he tenido la suerte de que en mi curso se trabajaba mucho vocabulario, que era lo que yo buscaba. Quien buscara gramática no la ha tenido, al menos en mi clase. ¿Considero que he aprendido? Sí. Mi meta principal era tener más fluidez hablando inglés en situaciones cotidianas, y eso lo he mejorado.

- Culturalmente, me ha parecido curioso darme cuenta de que los ingleses pueden ser extremamente rude o empalagosamente polite. No tienen término medio. He presenciado una pelea entre un autobusero y una mamá. "¡Podría escupirte en la cara!", decía la mamá. "¡Sí, escúpele, vamos mamá!", decían las niñas, de no más de 7 años. Me impactó.
Igualmente me impactó que hasta el cani más cani (aunque no es una especie que se estile mucho en Inglaterra) le dice "Thank you" al conductor cuando se baja del autobús.

Otra observación antropológica: las inglesas tienen el termostato cambiado. Si no, no me explico cómo pueden salir de noche con shorts y escotazos que dejan al descubierto el 85% de su cuerpo cuando yo me estoy muriendo de frío bajo 4 ó 5 capas.

Por último, y esto ya va completamente en serio, si hay algo en lo que admiro profundamente a los ingleses es en que han superado el miedo al qué dirán. No están cohibidos por los demás, como lo estamos nosotros (aunque creamos que no). No les importa hacer el tonto, de hecho no les hace falta estar borrachos para hacer el tonto. No se preocupan de que el de al lado los vaya a juzgar por hacer X o Y, y la cuestión es que al de al lado le importa un pito todo!! En contra de lo que nos queramos hacer creer a nosotros mismos, me he dado cuenta de que en España estamos aún muy muy cohibidos. Tenemos un sentido del ridículo desproporcionadamente grande que en más de una ocasión nos impide hacer lo que nos sale del alma.
Me gustaría ser un poco más inglesa en ese sentido.

- Personalmente, estas tres semanas han supuesto un período de crecimiento personal. He tenido la suerte de conocer a personas maravillosas de las que he podido aprender muchísimo. Me he reído como nunca en mi vida con ellos, y he pasado esa clase de momentos en los que sientes que tu vida merece la pena. Como siempre, me ha faltado tiempo para echarlos de menos.

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