jueves, 4 de septiembre de 2008

El mundo es un columpio


A mí me enseñó mi hermana. Probablemente sería verano, éramos muy niñas y en aquel momento, las indicaciones precisas para saber columpiarme me parecieron un tesoro que mi hermana mayor me regalaba, una especie de secreto, una fórmula mágica.

Hoy he enseñado yo a un niño a columpiarse. Puede parecer trivial, lo sé.

Él me pidió por enésima vez que lo empujara en el columpio. Pensé que ya era mayorcito...

- Mira, voy a enseñarte. Lo único que tienes que hacer es estirar las piernas cuando vayas hacia adelante, y encogerlas cuando vayas hacía atrás. Venga. Estira... encoge. Estira... encoge. Estira y encoge también la espalda, a la vez que las piernas. Venga, más fuerte. Estira... encoge.

Aunque él iba haciendo los movimientos, yo le seguía dando empujoncitos, para que no se parara.

Él apretaba los labios, tenía el ceño fruncido. Le estaba costando trabajo ese esfuerzo de coordinación... pero poco a poco comenzó a ganar altura. Dejé de ayudarlo desde atrás. Le cambió el gesto cuando me oyó decir:

- Ya lo tienes, ¡ya estás tu solo! Estas cada vez más alto, ¡ya has aprendido!

- ¿Ya? ¡Qué fácil! ¡Que chulo es con este truco!

Y no se quería bajar, así que me senté en la hierba a mirarlo mientras pensaba... Me di cuenta de que sentía una punzada de orgullo, y me reí de mí misma: qué absurdo, ¿no? Solo le había enseñado a columpiarse... En ese momento pensé lo gratificante que tiene que ser para un padre enseñar a su hijo a crecer, a vivir, a hacer cosas mucho más importantes que columpiarse. Enseñarle a convivir, a amar, a compartir,... y verle avanzar, al principio con la ayuda paterna, y luego por sí mismo.

Supongo que el mundo es un columpio, alguien tiene que subirte y enseñarte a columpiarte. Pero siempre es más fácil si ese alguien se queda un rato detrás, dándote empujoncitos, hasta que tú ya sabes cómo hacer para llegar hasta lo más alto por ti mismo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Que bonito :)

Juanan dijo...

Toma. Ya.

Madraza.

Anónimo dijo...

Bonita metáfora, mi columpio creo que es de los que salen en las pelis de terror que están medio destrozados y oxidados y que chirrían.